Durante los últimos días, quienes vemos noticiarios y leemos “La Estrella de Arica” y otros diarios, nos hemos enterado de la caótica situación por la que está pasando el sistema nacional de educación gubernamental. Aquí en Arica, sigue habiendo protestas estudiantiles y tomas en el Liceo A-1, en el Colegio Integrado Eduardo Frei Montalva, en el Liceo Politécnico, y hasta en la mismísima Universidad de Tarapacá, entre otras instituciones.
La gran mayoría de los alumnos de Enseñanza Media (de los que están protestando), está exigiendo más dinero del Gobierno, una mejor formación profesional para los/as profesores/as, mejoras en la infraestructura de sus respectivos liceos, el uso de la TNE durante todo el año, etc. Gran parte de lo que exigen parece justo, sin embargo, también están a los que, literalmente, “se les pasa la mano”, como se dice popularmente, con las cosas que quieren, como algunos grupos que piden la abolición de la Jornada Escolar Completa Diurna, lo que significa que ya no habría más clases en la tarde.
Por su parte, los estudiantes universitarios solicitan que sus establecimientos dejen de ser pagados, pasando a ser municipales, el cambio de los requisitos para postular a las becas disponibles, y otras cosas.
Tristemente, hay casos en los que, quienes participan de las manifestaciones, no ven otra forma de lograr lo que desean, más que recurrir a la violencia, lo que suele terminar en desastrosas consecuencias. Esto ocurrió durante lo que se recuerda como “La Revolución Pingüina”, durante el mandato de la ex Presidenta Michelle Bachelet, cuando también hubo un período de protestas estudiantiles. Hubo algunos alumnos que intentaron tomarse los colegios por la fuerza, o incluso protestar frente a La Moneda, lo que causó que las FF.EE (Fuerzas Especiales) de Carabineros tuvieran que intervenir, llegando al extremo de utilizar bombas lacrimógenas, o tener que sacar sus armas de servicio.
En cuanto a mi opinión personal, como estudiante estoy convencida de que es justo luchar por nuestros derechos, sobre todo si las autoridades no nos prestan atención, porque de otro modo, se estaría violando la libertad de expresión ciudadana. Lo que me molesta de esta situación, es que no se intente lograr las cosas de manera pacífica, ordenada, legal y no violenta. Yo pienso que siempre se puede lograr lo que uno/a mismo/a se propone sin tener que hacer ningún daño a nada ni a nadie. Sólo espero que quienes crean que ser agresivo/a en estos casos no está bien, se mantengan firmes, y no permitan que la violencia de otras personas los haga cambiar de opinión.
Por Gabriela Statt Ostojic 8º año básio
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